Las uvas pasas son un tipo de fruta deshidratada que procede de las uvas secas. Se obtiene tras un proceso de secado de la fruta fresca, disminuyendo así la humedad y aumentando el tiempo de conservación. A pesar de su alto contenido de azúcar (60% aproximadamente), varios estudios han informado sobre sus propiedades beneficiosas para la salud.
Según la Fundación Española de la Nutrición (FEN), las uvas pasas son ricas en hidratos de carbono y fibra, además de ofrecer una significativa proporción de calcio, fósforo, sodio y hierro. También contienen vitaminas K, B3 y B1.
Especialistas en nutrición de FEN aseguran que las uvas pasas tienen múltiples efectos positivos para la prevención de enfermedades: Ayudan a controlar la glucosa por sus ácidos omega-3., Regulan la presión arterial y la diabetes 1 y 2., Previenen la hipertensión gracias a su gran cantidad de antioxidantes., Mejoran el flujo sanguíneo evitando coágulos y promoviendo la irrigación de sangre al cerebro. Reducen la acidez y eliminan las toxinas del organismo dado su alto contenido de potasio y magnesio. Ayudan a prevenir enfermedades cardiovasculares, gota, artritis y piedras en los riñones.
Las uvas pasas tienen una composición nutricional con una serie de beneficios que las categorizan como un “superalimento”, es decir, un alimento considerado especialmente beneficioso para la salud y el bienestar. En cuanto a las contraindicaciones, hay que tener en cuenta que contienen fructosa y glucosa, por lo que no es conveniente abusar de ellas, especialmente en caso de tener diabetes.
El valor energético de la uva pasa es de 289 kcal, un valor que denota su alto aporte calórico. Debemos recordar que por el proceso de secado la uva pasa tiene una mayor concentración de nutrientes debido a la pérdida de humedad. En cuanto a las grasas, es el grupo de nutrientes menos representativo en la uva pasa, con solo un 1,17%, de las cuales el 0,56% son grasas saturadas, estando ausentes las grasas perjudiciales tipo grasas trans y colesterol.
El 65,5% de su composición son hidratos de carbono, de los cuales el 60,16% son azúcares y el 4,38% fibra. Los glúcidos o azúcares tienen como función principal aportar energía. Son fundamentales en el metabolismo, pues los azúcares proporcionan casi toda la energía que utiliza el cerebro y la mitad de la que necesitan los músculos y otros tejidos del organismo para llevar a cabo todas sus funciones (la otra mitad la obtienen de la grasa).