En los últimos meses, la figura de Laura Bozzo ha captado la atención por su apariencia y estado de ánimo actuales, a casi 74 años. Recientemente volvió a Perú para someterse a tratamientos estéticos con colágeno, hilos tensores y procedimientos no invasivos, con el objetivo de verse más joven al participar en programas como La Casa de los Famosos All‑Stars.

Estos procedimientos han generado reacciones diversas en redes sociales. Mientras algunos seguidores la felicitan por su valentía y disposición, otros cuestionan su insistencia en aparentar menor edad. Ella misma ha defendido su decisión, dejando claro que no busca cambiar su esencia ni hacerse cirugías extremas.

Además del aspecto exterior, Laura ha hablado abiertamente sobre su estado emocional. Ha mencionado episodios de depresión, ansiedad y cierta paranoia, condiciones que maneja manteniéndose activa laboralmente, sin plantearse el retiro ni dejar de implicarse en nuevos proyectos.

Pese al desgaste profesional y emocional, ella mantiene una filosofía de fortaleza. Afirma mantenerse en pie gracias a su trabajo, su fe y el apoyo de su círculo cercano, incluyendo su familia y seguidores. Ha expresado que el día que deje de recibir críticas, será por su partida definitiva.

Recientemente, confesó que varios de los casos presentados en sus antiguos programas fueron recreados o exagerados, y admitió que busca transparencia en su nueva etapa como conductora de contenidos más reales.

En resumen, Laura Bozzo sigue activa en los medios, enfrentando los retos de la edad con tratamientos estéticos, proyectos laborales y un enfoque emocional basado en la resiliencia personal. Su historia actual pone de relieve la importancia de atender tanto el bienestar físico como el emocional, especialmente a medida que se avanza en años.