Muchas personas mayores mantienen hábitos adquiridos a lo largo de su vida sin cuestionarlos, creyendo que si algo ha funcionado durante años, no hay necesidad de cambiarlo. Sin embargo, ciertos comportamientos que parecían inofensivos en la juventud pueden volverse peligrosos con el paso del tiempo. Uno de estos hábitos, común pero subestimado, puede tener graves consecuencias para la salud si no se modifica cuanto antes.
Dormir en exceso o permanecer acostado durante muchas horas es uno de los hábitos más dañinos para los adultos mayores. A medida que envejecemos, la movilidad y la circulación se vuelven más delicadas, y pasar demasiadas horas en cama o en el sillón puede provocar problemas de circulación, rigidez muscular e incluso aumentar el riesgo de trombosis. El cuerpo necesita mantenerse en movimiento para preservar la fuerza, la coordinación y la salud del corazón.
Además, este hábito sedentario puede afectar la salud mental. Está demostrado que el aislamiento y la inactividad física están relacionados con mayores tasas de depresión y ansiedad en personas mayores. Algo tan sencillo como caminar unos minutos al día, estirarse por la mañana o mantenerse activo con tareas simples puede hacer una gran diferencia en el bienestar general.
Otro problema asociado a este hábito es el aumento de peso y la pérdida de masa muscular. A medida que los años avanzan, el metabolismo se vuelve más lento, y si a esto se le suma una vida sedentaria, las consecuencias son evidentes: mayor acumulación de grasa, debilidad, riesgo de caídas y enfermedades metabólicas como la diabetes tipo 2.
La solución no implica esfuerzos extremos, sino pequeños cambios consistentes. Realizar ejercicios suaves como yoga para personas mayores, caminar en casa o salir al parque, hacer ejercicios de estiramiento o incluso bailar un poco con música favorita puede marcar un antes y un después. Lo importante es evitar la inmovilidad prolongada y mantener la sangre en movimiento.
En definitiva, abandonar este único hábito —el exceso de reposo o inactividad— puede ser clave para vivir más y mejor. El cuerpo está hecho para moverse, incluso con el paso de los años. Y si bien el descanso es importante, la actividad diaria moderada es aún más esencial para una vida saludable, independiente y feliz.