El orégano no es solo una hierba aromática usada en la cocina, también es una planta con potentes propiedades medicinales que, si se consume a diario en pequeñas cantidades, puede ofrecer beneficios sorprendentes para la salud. Esta planta contiene compuestos como el carvacrol y el timol, conocidos por sus efectos antimicrobianos y antiinflamatorios.
Uno de los beneficios más destacados del orégano es su capacidad para fortalecer el sistema inmunológico. Gracias a sus antioxidantes naturales, ayuda a combatir los radicales libres que dañan las células del cuerpo, retrasando el envejecimiento y reduciendo el riesgo de enfermedades crónicas.
Además, el orégano tiene propiedades digestivas. Consumido regularmente, puede estimular la producción de bilis, facilitando la digestión de los alimentos y aliviando molestias como gases, hinchazón o digestiones lentas. Para las personas que ya no tienen vesícula, puede ser un apoyo natural para mejorar el procesamiento de las grasas.
También es conocido por su efecto antimicrobiano. El aceite esencial de orégano se ha utilizado para combatir bacterias, hongos y virus, siendo un remedio natural eficaz contra infecciones respiratorias leves, resfriados comunes y dolores de garganta.
En cuanto a la salud femenina, el orégano puede ayudar a regular el ciclo menstrual y aliviar síntomas como los cólicos o cambios de humor relacionados con el síndrome premenstrual. Esto se debe a que contiene compuestos con efectos similares a los estrógenos naturales.
Puede consumirse fresco, seco o en infusión, pero también como aceite esencial (en dosis adecuadas). Es importante no abusar, ya que en exceso puede irritar el estómago. Un poco de orégano al día, añadido a tus comidas o en una taza de té, puede convertirse en un gran aliado para tu bienestar diario.